Marchas Fúnebres de Guatemala

En Guatemala existe un género musical exclusivo del país sobre marchas procesionales y en donde los cortejos procesionales que realizan su estación de penitencia durante Semana Santa son acompañados por bandas de música sacra las cuales entonan las denominadas Marchas Fúnebres Guatemaltecas.

Las fanfarrias fúnebres surgen de la mano de los músicos criollos e indígenas en el siglo XVI, las cuales y como curiosidad comenzaron a tener una evidente influencia de la escuela musical veneciana del mismo siglo e impulsados por los Reyes Católicos que constituyeron verdaderos centros musicales de música profana y sacra.

Con la conquista de América y como parte de la evangelización, la evolución del género se fue transformando en piezas musicales más elaboradas y con un sentido más profundo por lo que primera Marcha Fúnebre guatemalteca de la que se tienen datos en los archivos de la Catedral Metropolitana, fue la interpretada para acompañar la procesión intramuros de Cristo de los Reyes.

Las Marchas Fúnebres fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Nación por el Gobierno de Guatemala en abril del año 2011 debido a que son consideradas como expresiones de religiosidad popular y como manifestaciones de la fe católica del país.

Entre las composiciones más populares de este género de la música sacra cabe destacar obras como “Mater Dolorosa” de Marta Julia Quñonez Ydígoras, “Santo Entierro” de Felipe Blanco Aguirre, “La Fosa” de Santiago Coronado Porras, “La Granadera” de José Eulalio Samayoa Velázquez, “Martirio” de Alberto Velásquez Collado, “Una Lágrima“ de Manuel Enrique Moraga Cospín, “El Cuervo” de Pedro Donis Flores o “Señor de Esquipulas” de Miguel Ángel Murcia Muñoz.

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